Hemos hecho pública una investigación realizada en los zoos y acuarios de Euskal Herria. A través de informes, vídeos y reportajes fotográficos denunciamos la imposibilidad de un bienestar animal en estos centros, los valores erróneos que transmiten y la falta de un trabajo de recuperación real.
A lo largo del verano de 2019, investigamos diversos centros de explotación que utilizan animales no humanos para el entretenimiento. En concreto, visitamos ocho zoos y acuarios de Euskal Herria y sus alrededores: el Aquarium de Donostia, el Museo Marítimo de Biarritz, el acuario de Getxo, que acaba de cerrar, los zoológicos de Cabárceno y Santillana de Cantabria (España), Karpin y Basondo de Bizkaia, y Senda Viva de Navarra. A través de este trabajo pretendemos reunir la información obtenida en estos centros de explotación y denunciar lo que en ellos acontece. Y es que en todos ellos nos hemos encontrado con individuos cautivos cuyos derechos e intereses fundamentales son vulnerados para el entretenimiento de algunos humanos. Para justificar la utilización injusta de estos animales este tipo de centros de explotación recurre principalmente a tres mentiras:
Por un lado, estos centros de explotación se presentan como lugares de aprendizaje y enseñanza de animales. Sin embargo, la investigación lo desmiente. Estos centros ofrecen siempre muy poca información acerca de los animales en cautiverio. Convierten al individuo en un mero representante de su especie, carente de rasgos propios. Y, pese a todo, las actitudes, vivencias y costumbres de estos animales cautivos están tan alteradas por el cautiverio que poco se puede aprender sobre ellos.
Por otro lado, estos centros dicen hacer un trabajo de recuperación de los animales, pero eso también es falso. Según la investigación, en el último año solo veinte individuos han sido puestos en libertad, mientras que un total de 20.000 animales no humanos se encuentran en cautividad en estos momentos. En Biarritz, por ejemplo, los animales rescatados son obligados a participar en espectáculos. Además, el estudio denuncia que la mayoría de los animales expuestos en zoos y acuarios han sido secuestrados de su hábitat, lo cual resta credibilidad al argumento de la recuperación.
Por último, los propietarios acostumbran a sostener que los animales están bien cuidados, pero tampoco es cierto. De hecho, en todos los centros investigados se han encontrado animales que han desarrollado estereotipias; movimientos repetidos por el cautiverio y muy frecuentes en individuos encerrados. Hemos constatado la existencia de estereotipias o zoonosis en los tiburones del Aquarium de San Sebastián, los osos de Senda Viva y el Karpin, los jaguares de Cabárceno, las martas del zoo de Santillana, los lobos de Basondo y algunos peces del Museo Marítimo de Biarritz, entre otros.
A través del informe se concluye que la educación, la recuperación y el bienestar de los animales no son en absoluto la prioridad de estos centros.
Por tanto, denunciamos con rotundidad la actuación injusta de estos centros de explotación, que reprimen los intereses fundamentales de los animales no humanos, y exigimos su cierre inmediato y definitivo.
Iruzkinik gabe